
Argentina no para de celebrar, esta vez con el motociclista salteño que dio vuelta la definición más ceñida de la historia del Rally Dakar para vencer con sólo 43 segundos de ventaja sobre el australiano Toby Price.
El salteño Kevin Max Benavides (KTM) logró consagrarse en el Rally Dakar 2023 que recorrió los inhóspitos territorios de Arabia Saudita en 14 etapas que transcurrieron entre el 31 de diciembre y el 15 de enero.
El recuerdo de su amigo Paulo Goncalves, fallecido en un accidente de carrera en 2020 fue inevitable, aunque esta vez el destino tenía otra realidad para el austríaco Matthias Walkner. Viendo a su compañero de equipo en el piso, el salteño que cumplió 34 años durante la carrera se detuvo para asistirlo y llamar de urgencia al helicóptero de sanidad. Mientras sus rivales continuaban la carrera él se quedó junto al herido y sólo al cumplir su labor retomó la marcha, "reseteando" la mente y con el puño a tope sobre el acelerador.
El lapso invertido en el rescate se descontó al terminar el día y la sorpresa fue que, a pesar de toda esa tensión, Benavides había hecho el mejor tiempo y eso lo depositaba a 12'' del líder, Price, con solo 138km cronometrados por delante.
La determinación para encarar el lodazal del último día, tras la intensa lluvia caída en la ruta que unía el campamento de Al-Hofuf con el podio final en Dammam, hizo luego la diferencia. Descontó terreno desde atrás y hasta sacó una ventaja de 43 segundos tras 8.987 kilómetros transitados (4.013 de ellos contra el reloj). Nunca antes una competencia del Rally Dakar se había definido con tan escaso margen luego de correr 44 horas, 27 minutos y 20 segundos.
Kevin se había ido dormir la última noche lanzando en redes sociales el instaurado "muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar", con los coros de su ladero Tomás "Cholito" Acedo y el mecánico de todas sus carreras, Germán Olivares, testigos de la gesta. Entregando el máximo potencial en el Empty Quarter, la extensión de arena más grande e inexplorada del mundo que representa un cuadrante vacío en la península arábiga, desplegó un plan que no dio tiempo a ninguna reacción, ganando las últimas dos jornadas para tocar el cielo con las manos.